Cambio de piel
Hace quince años, renuncié a uno de los trabajos más codiciados de la televisión: presentadora de los noticieros latinos de mayor audiencia en Nueva York, el de las 6 pm y el de las 11 pm, que se transmitían por el canal 41 de Univisión. A pesar de ello, no me sentía feliz, sobre todo por considerarme agobiada en exceso e, incluso, desvalorada. Hasta que la frustración acumulada a lo largo de los años estalló sin remedio. En efecto, un día llegué simplemente al límite. Entonces, supe que debía renunciar a mi fastuoso puesto, ¡y lo hice!
¿Cómo llegué a ese punto sin retorno?
Para quienquiera que en esa época me hubiera visto desde lejos, tenía entonces una hermosa casa, un matrimonio dichoso, una profesión de lo más envidiable y prestigiosa, además de seguridad financiera, buena salud, y, sin falta, amigos y conocidos influyentes; es decir, tenía una vida perfecta. Sólo en apariencia, pues yo sabía en el fondo que no era así. Durante años, había actuado conforme a las expectativas que los demás tenían sobre mí. Desde que tengo memoria, había intentado ser perfecta en todo lo que hacía, obligándome a mí misma a cumplir los más altos estándares, aun cuando parecieran imposibles. Hasta que esta obsesión por la perfección me abrumó por completo. ¿O era algo más lo que me causaba ese malestar interno?
Sólo estaba segura de una cosa: me estaba asfixiando. Si de verdad quería cambiar mi situación, supe que era necesario renunciar a todo lo que tenía, o creía tener, para empezar la búsqueda de mí misma y llegar adondequiera que esa exploración me llevara. Tenía que deshacerme de las múltiples defensas que había levantado en torno a mí, y que no tenían otro propósito que el de ocultar el intenso dolor emocional de toda una vida, en la esperanza de poder tener, al fin, una vida propia, auténtica.
Ha sido un viaje largo y agotador. Pero hoy siento que ese recorrido me ha llevado a un punto donde al fin me siento más feliz conmigo misma, más fuerte y, también, más agradecida con mis amigos y acompañantes en este viaje llamado vida. He entendido, finalmente, que estamos en el mundo para amar, crear, disfrutar y sentirnos agradecidos por lo que tenemos. Estamos aquí para darle sentido a cada momento.
He construido este espacio en donde me siento segura con el único interés de compartir con ustedes mis aventuras actuales y, también, las oportunidades que me han ayudado a crear una vida satisfecha y feliz. Es un camino que incluye altibajos, riesgos y lecciones aprendidas a lo largo de mi vida. Desde mis amores que me reafirman: mi disfrute por la cocina, especialmente por preparar comidas saludables y deliciosas (además de fáciles), mi pasión por el tango, que ha sido clave en mi transformación, hasta cómo aprendí a despojarme de pensamientos negativos y abrir mi corazón a recibir y dar amor, y cómo, gracias a todo ello, he encontrado propósito en mi vida.
En este sentido, quiero ir más allá de escribir y publicar. Quiero conocerte en persona, tener una charla honesta sobre la vida y lo que realmente significa, e importa, el vivir cada día. Tengo la esperanza de poder motivarte e inspirarte a que vivas una vida más plena. Por ello ofrezco mis servicios de oradora motivacional, porque creo en ustedes. Creo en su grandeza y quiero que sientas, que sientan todos, la confianza necesaria para creer en sí mismos. ¿Qué ventajas tiene invitarme a dar una charla motivacional? Pues muy simple, llevo toda una vida de búsqueda auténtica de mí misma. Tras décadas de infelicidad, consumida por las exigencias laborales y muchas otras distracciones de la vida, decidí abandonar la idea de vivir una vida perfecta y en su lugar, disfrutar y aprovechar al máximo mi vida imperfecta, pero no por ello menos emocionante y maravillosa. Y quiero que tú, ustedes, hagan lo mismo.
Cuando hablo en público, muchas personas se me acercan para pedirme consejos, por ello quiero ofrecer también mis servicios como consultora en medios de comunicación. Mi pasión por la comunicación abarca más de 25 años como reportera y presentadora a nivel nacional. Me he dirigido a grupos pequeños y he hablado en grandes convenciones, ante miles de personas. Si alguien sabe lo que es el miedo escénico, esa soy yo. Pero también sé cómo superarlo y brillar.
Admito que la pasión es el motor de mi vida. Estudié cocina profesional en una de las mejores escuelas culinarias de la Ciudad de Nueva York. Mi interés por preparar siempre deliciosos pero saludables platos para mis amigos y seres queridos, se convirtió también en parte de mi carrera. Ahora, quiero compartir estos platos deliciosos con ustedes, a través de mis clases de cocina y mis servicios de catering.
Así que, ¡bienvenido a mi mundo digital! Si quieres saber más sobre los servicios que ofrezco, haz click aquí. Y no te olvides de seguirme en Instagram, Facebook y Twitter. ¡Me siento muy agradecida de que estés aquí!